20 de abril de 2015

Comienzo de las obras del Hotel Camagüey (1904)


El lunes entrante, o sea, pasado mañana se dará comienzo a la obra de convertir los antiguos cuarteles de Caballería e Infantería de La Vigía en un magnífico hotel. Los planos, aprobados por Sir William Van Horne han sido entregados al ingeniero que ha de dirigir la obra, señor Ignacio E. Agramonte Simoni. El nuevo establecimiento será conocido por “Hotel Camagüey”, y Sir William se propone montarlo a la altura de los mejores de los Estados Unidos. Las vajillas y mantelerías rotuladas “Camagüey” han sido ya pedidas a Inglaterra. Las camas serán todas de bronce y el mobiliario adecuado a nuestro clima tropical. Las habitaciones serán todas espaciosas y bien ventiladas. Habrán salones para banquetes, recepciones y bailes. También habrá profusión de baños y otras comodidades. En una palabra, habrá confort y lujo.
En la azotea del hotel se construirá un jardín para conciertos al estilo de los roof gardens de los Estados Unidos.
Hablando con entusiasmo de su hotel, decía Sir William hace noches en el “Liceo” –El “Hotel Camagüey” será sin duda el mejor de Cuba y nada tendrá que envidiar al mejor de América.
Cubiertos pertenecientes al Hotel Camagüey. Cortesía de Aimée Chau Rodríguez

Y felicitado por algunos de los señores presentes por el éxito de sus planes, que tanto han de propender al engrandecimiento del Camagüey, aclaró que el feliz resultado de su proyecto lo debía mayormente a la buena acogida que habían dispensado a su idea los señores Yero y García quienes, dándose cuenta exacta de la importancia de la obra para nuestra región, procedieron, en su carácter de Secretario de Gobernación el primero y de Hacienda el segundo, con tanta determinación y prontitud, como pocas veces suele hacerse en las esferas de gobierno alguno. Sir William elogió el proceder de esos señores y el espíritu público que anima a los cubanos. Agregó que le era muy grato, y le servirá de aliciente para emprender otros trabajos, la liberalidad, la inteligencia y el amplio criterio, así como la prontitud con que se había procedido nuestro gobierno en el asunto. Terminó diciendo que, solamente debido a esa determinación y prontitud de nuestro Gobierno, podía el asegurar a sus conciudadanos del Camagüey que el hotel, que tantos beneficios reportará a esta ciudad, quedará terminado para fines de este año.
Los ingenieros están, en la actualidad, trabajando en los planos para convertir el “Casino Campestre” en un gran parque, donde se celebrarán exposiciones pecuarias, agrícolas, fabriles e industriales, carreras de caballos y de bicicletas, juegos de base-ball y regatas de botes en un lago artificial que se construirá represando el arroyo Juan de Toro.

Tomado de: Fondo Juárez Cano. Archivo Histórico Provincial de Camagüey.

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14 de abril de 2015

Cuba Contemporánea: La muerte de Sir William Van Horne


NOTAS EDITORIALES

WILLIAM VAN HORNE

El día 14 de septiembre último fue sepultado en Montreal, Canadá, un gran hombre a quien debe Cuba gratitud imperecedera por la obra que realizó aquí: Sir William Van Horne, constructor del Ferrocarril Central y alma de varias poderosas empresas que han contribuido extraordinariamente al adelanto de nuestra República.
La capital de la provincia de Camagüey le había nombrado su Hijo Predilecto, y en todos los ámbitos del territorio nacional era el nombre de Van Horne pronunciado con respeto y cariño. Hizo el bien dondequiera que su genio emprendedor le llevó, y en nuestra patria jamás hubo de mezclarse en los asuntos que a los cubanos únicamente corresponde resolver: supo mantenerse siempre en la discreta actitud que todo extranjero debe observar con respecto a los problemas nacionales del país donde reside o que visita.
El notabilísimo desarrollo alcanzado últimamente por las provincias de Camagüey y Oriente, a él se debe en gran parte, porque en poco tiempo realizó, después de nuestra emancipación de España, la magna obra de ese Ferrocarril Central que los españoles, en más de trescientos años de dominación y explotación, sólo supieron estudiar. Todas las provincias cubanas están hoy unidas por ferrocarril, gracias a Van Horne. Y en la hora de su enterramiento, a las diez y veinte minutos de la mañana del 14, todos los trenes que en Cuba funcionan bajo las órdenes de la Compañía fundada por él, suspendieron un minuto su marcha y los empleados se descubrieron en homenaje a su memoria. La nación expresó también el pesar que aquí produjo la muerte de quien tanto la favoreció: el Presidente de la República, en su nombre y en el de Cuba, dio el pésame oficialmente a la familia del benefactor y comisionó al Cónsul de Cuba en Montreal, señor Francisco Cañellas, para que concurriera al sepelio en representación de todos los cubanos. CUBA CONTEMPORÁNEA se une a tales expresivas manifestaciones de condolencia, y en recuerdo de Sir William Van Horne deja en sus páginas estas líneas en que pretende reflejar la tristeza del pueblo cubano.

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13 de abril de 2015

La "reforma agraria" soñada para Cuba por Sir William Van Horne en 1902

El siguiente discurso -muy poco conocido- fue pronunciado por Van Horne en la noche del 23 de noviembre de 1902 , en un banquete que se dio en honor suyo en el Liceo de Puerto Príncipe (oficialmente Camagüey en 1903), demuestra por un lado el cariño incondicional a nuestra ciudad, y por otro pone en tela de juicio lo que durante años la "historia oficial" y hasta la menos "oficialista", nos han endilgado como verdad suprema e irrebatible: que Sir William Van Horne era un viejito explotador que solo quería aprovecharse de Cuba. Algunos inclusive han llegado a afirmar que el conocido refrán "trabajar para el inglés" está inspirado en su persona. ¿Por qué respetados historiadores que viven en la isla eluden hablar de su amistad con Gonzalo de Quesada? ¿Por qué la copiosa correspondencia entre ambos nunca se ha reeditado después de 1959?
Confiemos en que algún día se valore sin apasionamientos políticos su legado al pueblo cubano, pero mientras esto sucede, les dejo con sus palabras, y que cada quien saque sus propias conclusiones:

Liceo de Camagüey a principios del siglo XX


«Siento no poseer suficientemente vuestro idioma para poder expresaros cuanto agradezco el honor que me hacéis esta noche, pero siendo las cosas como son, tendré que rogar a mi amigo y conciudadano, vuestro Alcides Betancourt, que traduzca las frases que os dirijo. He llamado al Señor Betancourt vuestro conciudadano, pero tal vez podría yo decir mi conciudadano, puesto que vosotros os habéis dignado hacerme hijo adoptivo de Camaguey -honor que no encuentro palabras suficientes para expresaros cuanto aprecio y del que espero hacerme algun dia merecedor-. Como camagüeyano adoptivo siento que ha aumentado en mi, como jamás antes pude sentirlo, el interés por todo aquello que afecte vuestra bella ciudad, y siento latir en mi mayores deseos de contribuir a su prosperidad. Me alegro de esta oportunidad para dirigirme a tantos ciudadanos prominentes e influyentes de Puerto Príncipe y tal vez no esté fuera de lugar manifestar algo respecto de los propósitos y política de "The Cuba Company", de cuyo éxito quizá dependan más intereses que os afectan que ninguno de vosotros pueda imaginarse en estos momentos.

"The Cuba Company"  no es meramente una compañía de ferrocarriles, ni una sociedad mercantil para el solo objeto de hacer dinero. Es una Compañía de fomento en su más alto grado, y el ferrocarril es simplemente el primer paso dado para realizar sus planes. Fue organizada para atraer grandes capitales que desenvuelvan las grandes riquezas naturales de Cuba y para hacer todo cuanto pueda para propender a que esta isla sea lo que debe ser, un inmenso y fructífero jardín y el hogar de un pueblo próspero y feliz. No pretendo que no hayamos pensado en alguna utilidad para nosotros, o que no esperemos nuestra recompensa a la larga sobre el capital invertido, pero ese producto no saldrá por medio de gages onerosos o exigencias desproporcionadas, sino que nuestra retribución nos vendrá por la reconstrucción del país, para llevar a cabo la cual seguiremos una política tan amplia y liberal que confiamos merecer vuestra simpatías y cooperación, pues trabajando en armonía con vosotros lograremos hacer mucho más que de otra manera.

No veo sino dos obstáculos que podrán propender a retardar el adelanto de Cuba; es el uno el estado algo caótico de la titulación de las tierras en muchas partes de la isla, asunto que el gobierno, debemos esperar, propendrá a rectificar, y que espero hará pronto. El otro obstáculo es que vastas áreas de terrenos en Cuba se hallan en manos de, relativamente, un reducido número de individuos, haciendo casi imposible que personas de escasos recursos puedan adquirir fincas para trabajarlas como propiedades suyas.
"The Cuba Company" ha tomado medidas encaminadas a remover esta cortaprisa, comprando muchas miles de caballerías de tierras que serán divididas en pequeñas fincas para ser vendidas a precios bajos y a plazos cómodos a colonizadores, y tengo la esperanza de que muchos de los grandes terratenientes de Cuba se convencerán pronto de que en su propio interés está dividir y vender parte de sus terrenos de la misma manera.

Camagüey, Casino Campestre en 1906

Estoy seguro que como resultado de esa operación, el remanente de sus tierras adquirirá pronto mayor valor que todas sus posesiones originales. La posesión general de las tierras por los habitantes de un país es la garantía más certera de un gobierno sano y conservador y siempre trae consigo prosperidad y riqueza.
Con objeto de disipar todo rumor ocioso respecto de las intenciones de la Compañía hacia esta ciudad, deseo manifestar que el Cuartel General desde donde operará la Compañía y sus talleres centrales serán establecidos permanentemente aquí. Esto deberá contibuir a un aumento considerable en la población y riqueza de esta ciudad y las ventajas que reportará aumentarán en importancia a medida que se vayan realizando los planes futuros de la Compañía.

Esta tarde tuve el gusto de visitar vuestro Casino Campestre y el lugar donde se celebran vuestras ferias y exposiciones. Lo que allí vi trajo a mi mente la idea de que esta ciudad debe tomar medidas inmediatas para propender a hacerse el centro de agricultura de Cuba, estableciendo una feria anual de lo mejor, erigiendo edificios adecuados y contribuyendo por medio de los atractivos necesarios al caso y administrándolo todo de una manera amplia y liberal, de modo que no solamente se exhiban en la feria productos de Camagüey sino de otras partes de Cuba, y aún de los Estados Unidos, México, Jamaica y otros países. Esto puede hacerse facilmente y será de resultado positivo, y "The Cuba Company" se alegrará de hacer cuanto esté a su alcance para propender al éxito de la obra.
Me propongo pasar un tiempo considerable todos los años aquí en esta ciudad y estoy siempre a vuestra disposición, tratándose de cualquier asunto en que yo pueda seros útil.

Os doy nuevamente las gracias por el honor que me hacéis esta noche».

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9 de abril de 2015

Camagüey: Ciudad en postales

Reproducimos el interesante artículo sobre las postales camagüeyanas publicado por Annerys Fernández Mendoza en el número 16 (2014) de la revista Senderos, que edita la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey. (Pinche en las imágenes para leer)

"Un conjunto fascinante es el de las destinadas a la Avenida de los Mártires por tener la peculiaridad de que todas –en distintas épocas- son del primer tramo, a partir de la singular apropiación de los camagüeyanos del antiguo edificio del Cuartel de caballería. Ediciones de principios del siglo XX lo exponen con la fachada original y otras con la fachada del Hotel Camagüey, con su portal de columnas de madera y la garita. Sin embargo, fueron el patio y los interiores del hotel los más reproducidos. Existen preciosas impresiones de The Cuba Railroad Co. (publicitaba un hotel de la compañía) y series de la Casa Riverita, el Estudio Cortiñas y otros con elegantes dibujos y fotos coloreadas del patio y la agraciada arquitectura interior. Descubren recodos de vegetación, senderos, jardines floridos, hileras de palmas, trepantes enredaderas sobre las arcadas, el pórtico y los tradicionales tinajones. Una vez perdido el encanto, el lugar vuelve a nuevas emisiones al transformase en Museo Provincial Ignacio Agramonte y Loynaz, entre 1945 y 1948. El establecimiento de esta institución reforzó el valor simbólico del inmueble, y aparecieron impresionantes postales como la de Roberts Tobacco Co. exhibiendo el moderno portal de blancas columnas y en lo alto la bandera cubana. Existen tiradas con valiosos momentos del museo, grupo invaluable de piezas que resumen la evolución arquitectónica y funcional del emblemático edificio".







6 de abril de 2015

Revista Antorcha: Homenaje a Sir William Van Horne (1943)


El día 12 de este mes (1) se cumplieron 28 años de la muerte del ilustre hombre de negocios cuya actividad hizo historia en la civilización cubana. Este mismo año, el pasado tres de febrero, se cumplió el centenario de su nacimiento que debe tener para nosotros la significación y belleza de una alborada de progreso.
Ambos acontecimientos tienen resonancia en este homenaje que rendimos como respetuoso tributo a la admirable figura de quien unió las provincias orientales y occidentales, de esta joven República, con relucientes cintas de acero paralelas. Así como sus deudos y amigos habrán colocado ofrendas florales en la tumba que guarda los despojos del grande hombre en el cementerio de su pueblo natal, ANTORCHA dirige sus más aureos reflejos a la memoria de Sir William Van Horne, en pleitesía de admiración.
No puede resumirse el homenaje imperecedero en darle a una calle camagüeyana el nombre del prócer, en hacer mención mención a sus valores en una placa de bronce emplazada en nuestra estación ferroviaria; hemos de destacar en toda su estatura histórica a quien abrió brecha fecunda de civilidad, vena de adelanto económico, corriente de cariño entre los cubanos del este y del oeste: Sir William Van Horne merece y debe tener en el corazón de todos nosotros una lámpara votiva, un incensario que mantenga el recuerdo perenne del eminente ferrocarrilero, nimbado por los humos del afecto y gratitud.
Innegable que Sir William realizó un empeño industrial movido por los impulsos materiales que crean los negocios, pero su rápida y oportuna ejecución y los beneficios que de ello obtuvo Cuba, rodean el gesto de nobleza haciéndolo ascender justamente a la categoría de conquista de civilización.


En el campo de batalla, nuestros heroicos mambises forjaron la libertad a golpe de rudo brazo y a filo de hoja intrépida, y al convertirse en realidad el sueño libertario, el canadiense emprendedor y visionario crea un lazo indisoluble de espiritualidad familiar, tiende la alfombra de rieles por donde van al encuentro todos los cubanos: los hijos de la tierra de Maceo con los coterráneos de Marta Abreu. Sir William con su ferrocarril en las partes orientales acercó a los hermanos de Cuba para disfrutar de la independencia unidos para siempre.
Si la Reina Victoria concedió a Van Horne título de Caballero Jefe de San Miguel y San Jorge, por realizar en Canadá obra ferroviaria similar, los cubanos debemos elevar un ara en el recuerdo a Sir William para admirarlo con los quilates que corresponden a quien abrió un cauce por donde fluye energía, acción, progreso, como contribución patriótica al avance oportuno y veloz de nuestra civilización.
Al construirse el Ferrocarril de Cuba, que con el F. C. del Norte de Cuba constituirían los Ferrocarriles Consolidados de Cuba, Van Horne no solo lograba la reafirmación espiritual entre nosotros, sino el paso seguro hacia la firmeza económica del país. El Ferrocarril de Cuba hizo posible la creación de grandes negocios, el nacimiento de pueblos, industrias azucareras, cultivos intensos de la tierra, bases en que hoy se asienta la economía nacional, que tiene aportes poderosos en las llanuras camagüeyanas y en las montañosas y cálidas tierras orientales.
Tengamos a flor de labio y enraizada en el corazón una prez para el caballero intachable, artista exquisito y sentimental sencillo, que bajo la comba venerable de su frontal sintió la s vibraciones de la idea que su nervio puso en práctica inmediata, para que Cuba en los días primeros de su Independencia, orientara su destino hacia la prosperidad y el progreso.

1. Sir William Van Horne falleció el 11 de septiembre de 1915, no el día 12 como aquí se refiere.

Fuente: Revista Antorcha, Año I, número 3. Camagüey, septiembre 1943. Fondos de la Biblioteca Provincial "Julio A. Mella" de Camagüey. Agradecemos la colaboración de las bibliotecarias Mayelín Ramos y Aida Cortinas.

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4 de abril de 2015

La sucursal del Royal Bank of Canada en Camagüey

Situada en la céntrica esquina de Cisneros e Ignacio Agramonte, en la plaza de La Merced (hoy "de los Trabajadores" y antes también nombrada Charles A. Danna), la sucursal camagüeyana del Royal Bank of Canada, abrió sus puertas en 1904 tal y como se aprecia en la postal que encabeza esta entrada, y posteriormente fue ampliado a lo largo de todo el solar aledaño, colindante con los estudios de Radio Cadena Agramonte, construidos en la década de 1940. El diseño de su fachada fue hecho por el propio Van Horne, quien probablemente también aportó algunas ideas a los arquitectos que proyectaron las sucursales de Antilla y Santiago de Cuba.
En ocasión del 125 aniversario del RBC, celebrado en 1994 se editó el libro "Quick to the frontier" cuyo capítulo cinco, está dedicado a la historia de sus sucursales internacionales (1899-1930)
Los interesados pueden leer el capítulo completo en inglés o francés.



Tout comme la Banque Royale se tenait dans les bonnes grâces du nouveau gouvernement cubain, elle cherchait à consolider son assise dans les milieux d'affaires. Son agence de New York la mettait en excellente posture pour profiter du rapide essor du commerce et des investissements américano-cubains. La banque s'établissait  délibérément partout où elle pouvait faciliter l'expansion des investissements étrangers à Cuba. A cet égard, ses meilleurs clients étaient la Cuba Company de Van Horne et son épigone la Cuba Railroad. En 1903, la banque ouvrit une succursale à Santiago, à Cuba et une autre, un an plus tard, a Camagüey; les deux localités étaient des centres névralgiques dans l'expansion de la production de sucre et de l'élevage.


The Cuba review

À mesure que la Cuba Railroad de Van Home progressait au centre de l'IIe, les succursales de la Banque Royale poussaient comme des champignons. «J'ai le plaisir de vous assurer à nouveau que les comptes bancaires de la Cuba Company et de la Cuba Railroad resteront à votre succursale de Camagüey», écrivait Van Home à Pease. Van Home alla jusqu'à exposer en long et en large a Pease la nécessite de faire bâtir a Camagüey - le siège de sa compagnie ferroviaire - un immeuble «impressionnant pour que les Cubains aient «confiance dans la banque». Amateur doué, Van Home envoya même un croquis de la façade de l'immeuble et suggéra son emplacement. Par l'intermédiaire de son bureau de New York, la Cuba Company obtenait d'importantes avances de la Banque Royale. Lorsque Pease et le président de la banque, Herbert Holt, visitèrent l'ile en 1913, Van Home ordonna à son personnel de dérouler le tapis rouge, car la Royale était «notre banquier»



Versión en inglés:

Just as the Royal Bank cultivated the political good will of the new Cuban government, so too did it seek out a solid base of business clients. With its New York agency, the bank was excellently situated to capture the boom in Cuban-American trade and investment. The bank consciously established its branches wherever it could facilitate the spread of foreign investment entering Cuba. In this respect, its best customer was Van Horne's Cuba Company and its offspring, the Cuba Railroad. In 1903, a branch was opened in Santiago de Cuba, and a year later in Camaguey; both were crucial junction towns in the expansion of Cuban sugar and cattle production. 


Copyright: University of Miami Librairies

As Van Horne's Cuba Railroad pushed down Cuba's central spine, Royal Bank branches sprouted up in the wake of construction. "I take pleasure in repeating my assurance that the bank accounts of the Cuba Company and the Cuba Railroad," Van Horne wrote Pease, "will be continued with your branch at Camaguey." Van Horne went so far as to lecture Pease on the need for an "impressive" building in Camaguey - his railway headquarters - to build Cuban confidence in the bank. Van Horne, a gifted amateur artist, even sent along a sketch of a facade for the building, and he suggested a corner location. 54 Through its New York office, the Cuba Company drew large advances on the Royal Bank. When Pease and the bank's president, Herbert Holt, toured Cuba in 19l3, Van Horne instructed his staff to roll out the red carpet; the Royal was "our Banker."

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30 de marzo de 2015

Brochure: El Hotel Camagüey, 1911 (II)

Seguimos con la segunda parte del folleto editado en 1911 por la Cuba Railroad Company, dedicado a promocionar el Hotel Camagüey y el Hotel Antilla, hasta entonces sus únicos hoteles en Cuba. Posteriormente en 1914, adquirieron y reformaron el añejo Hotel Casa Granda, pero este será tema para otra entrada.






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26 de marzo de 2015

Brochure: El Hotel Camagüey, 1911 (I)

Este folleto sobre el Hotel Camagüey fue publicado por la Cuba Railroad Company el 1º de enero de 1911, justo cuando se cumplían 6 años de haber abierto sus puertas. Existe una edición posterior con algunas fotos en colores, -también en nuestra colección- que se vende como primera edición, pero evidentemente no pueder serlo, pues el Hotel Casa Granda en Santiago de Cuba fue inaugurado  por la misma empresa en 1914. Google Books lo tiene en su catálogo, pero hasta el presente no lo ha mostrado digitalizado.








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