Hacia Camagüey
Tomo de nuevo el tren. El rio Zaza ameniza el paisaje. Todos
los viajeros se asoman a la ventanilla para ver el enorme tajo del rio, y
admiran sus encantadoras y fértiles riberas.
El tren
avanza. Ya hemos pasado Jatibonico. Ya estamos en la región camagüeyana.
Caminamos entre inmensas fajas de cañaverales que hacen horizonte.
El tren avanza ferreo y pujante
Y el sol del mediodía cae sobre los campos en olas de fuego.
El bochorno castiga a todos
los viajeros. La calma es absoluta. Es la hora más pesada del viaje…
Y en el avance rudo y violento
casas y árboles pasan volando
The Station, Camagüey. Postal # 25 de la serie emitida por The Cuba Railroad
Llegamos a la animada estación de Camagüey a las doce del
día. Bien se necesita de un descanso para los entumecidos miembros y de una
reparadora comida para el debilitado cuerpo. El tiempo es escaso y apenas si se
considera suficiente para picar en la diversidad de platos y hacer un
comentario sobre la guerra europea. Una mezcla de buen sentido y hasta de buena
educación es que nadie se siente estratégico, todos piden noticias y más
noticias. El pasaje elogia el cómodo tren, que es un testimonio de lo bien que
la Cuba Company cuida de sus líneas y de su material y del confort de pullman.
La inspección es constante.
Hacia Oriente
Me dirijo de nuevo al sleeping y avanzamos por entre los
talleres de la Cuba Company, y sale al campo de nuevo.
« la bestia loca que ya rugiente,
dominadora y omnipotente »,
Por entre llanuras,
potreros y sabanazos; ya cerca el Jobabo, línea fronteriza provincial,
se nos cambia el paisaje.
Pinceladas
Entramos en Bartle. No hay tantos canadienses como en otra
época; pasamos junto a la olvidads Victoria de Las Tunas; atravesamos por entre
las dos hileras de casas de Mir; las grandes plantaciones de yuca de La Rioja
matizan el paisaje; los maizales y platanales de Maceo rompen la monotonía del
monte; el Pasón, San Pedro y el ramal de Holguín, cuyos empleados son
superiormente amables.
El ramal de Holguín es delicioso, interesante y encantador.
Fragmentos tomados de "El País de la riqueza". Carlos Martí Fernández (Barcelona, 4 de enero 1876- La Habana, 29 de marzo 1939). Prólogo de Alfonso Hernández Catá. Renacimiento. Madrid, 1918.
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