La editorial Ácana presentó en la última Feria Cubana del Libro, "Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia", del talentoso historiador Marcos Tamames Henderson. La obra quedará como libro de referencia obligada para los lugareños y turistas que quieran conocer un poco más sobre el origen del nombre de muchas de las calles de la ciudad. Es una pena que no haya sido editado con ilustraciones de época y/o actuales, pero comprendemos que el sistema de impresión utilizado no les permite hacer actos de magia. El índice completo puede consultarse aquí, donde también está siendo publicado por entregas, semanalmente. Sobre la proyectada estatua de Sir William Van Horne, de la que se habla en el texto, volveremos en otra entrada.
CALLE NUEVA, VAN
HORNE, MARIO ARÓSTEGUI.
Surge con la
construcción del ferrocarril en 1909
cortando en dos la manzana limitada por de Francisquito y de Ignacio Sánchez.
Se extiende desde San Juan hasta de la Reina. Su reconocimiento como calle
Nueva resulta expresión de modernidad, en un paisaje completamente construido.
Su bautizo está
en función de reconocer la obra desarrollada en Camagüey por Sir William Van
Horne, canadiense que no solo desarrolla el proyecto de trazar el ferrocarril
Central de la isla sino además elige la región para los talleres centrales. La
propuesta tiene lugar a cargo del concejal Armando Labrada en la sesión del 16
de junio de 1911, junto a topónimos como Campo de Marte, San Luis Beltrán, san
Rafael, Santa Rita y San Martin.; pero no se tomó en consideración hasta el 10
de enero de 1922, fecha en que se acompañará de ambiciones mayores: “Colocar un
busto en la explanada que forman las calles Avellaneda, Padre Olallo (delos
Pobres), Francisquito y estación del Ferrocarril”. La respuesta fue concisa:
“se estudiará si hay otra calle con ese nombre y con respecto al busto no es
posible, pues allí se erigirá el del Lugareño”. Ante una figura extranjera, por
más beneficios que haya traído al terruño, una autentica postura de patriotismo
e identidad local.
La propuesta de
1922 estaba a cargo del Comité Pro-Homenaje a William Van Horne y fue analizada
en sesión del 30 de mayo, ocasión en la que el concejal Salvador A. Lavera
Santana recordaba que ya existía en el reparto Garrido un eje con ese nombre;
Juan Acosta Álvarez, por su lado, sugería revocar el acuerdo que había dado
nombre a la calle de Garrido y alegaba que la calle Nueva existía “en virtud de
haberla abierto la compañía del Ferrocarril de Cuba, en época de Sir William
Van Horne, al destruir edificios que allí existían con el fin de construir la
actual estación de viajeros”. A ello agregaba el concejal Herrero “que todo el
pueblo conoce la calle Nueva con el nombre de Van Horne, puesto que el mismo
pueblo le ha designado ese nombre”; perspectiva desde la cual solo se trataba
de legitimar en el marco oficial lo que por costumbre ya era un hecho. El 5 de
junio de 1922 el alcalde municipal Andrés Morán daba por tomado el acuerdo.
Se rendía
homenaje en la calle Nueva a William Cornelius Van Horne (Illinois, Estados
Unidos, 1843- Canadá, [Montreal], 1915), quien en 1895 recibiera el título de
Sir por la corona británica, y declarado Caballero Comendador de la Orden de
San Miguel y San Jorge por sus aportes al desarrollo ferroviario de Canadá.
Los vínculos de
Van Horne con el Camagüey surgieron a partir de su contacto con Gonzalo de
Quesada y otros camagüeyanos en los Estados Unidos, lo que le hace visitar el
Caribe en 1900, ocasión en que muestra interés por construir un ferrocarril
centra en la isla, propósito para el cual funda la empresa The Cuban (sic)
Company en Nueva Jersey el 24 de abril de 1900. En el proyecto de Van Horne, Camagüey
fue una región especial. En abril de 1903, el gobierno cubano le cede en
arrendamiento, por un plazo de veinticinco años , el antiguo Cuartel de Caballería
, edificado en 1848 a la entrada de La Vigía y el 24 de noviembre de 1909 se
hace efectiva la compra que hace de San Zenón de Buenos Aires a doña Catalina
Vallejo, camagüeyana radicada en Barcelona. El periódico La Región, en artículo
publicado en 1931, validó su figura con dos signos arquitectónicos al plantear:
Camagüey resultó beneficiado por las cualidades de aquel espléndido valiente. A nuestros días han llegado dos de sus empeños eprsonales, La Quinta San Zenón, donde está instalada la Escuela Normal, y el Hotel Camaguey, cuya adaptación dirigió personalmente, y cuyo magnífico patio fue surtido bajo su personal dirección con toda clase de plantas tropicales.
Su rebautizo por
Mario Aróstegui arribó a ella posterior al triunfo de la Revolución y tomaba
como elemento básico el hecho de que el bar El Capitolio tuvo el mártir de la
lucha contra Batista algunas desavenencias con los militares de la dictadura.
Con la demolición de este inmueble los veteranos colocaron allí un busto a Aróstegui
que fue trasladado luego al parquecito de La Vigía para ser rehabilitado su
microparque con el proyecto de la arquitecta Elizabeth García Vitar y el artista
de las artes plásticas Jorge Luis Santana.
Mario Aróstegui o
Van Horne, como todavía se le reconoce, pertenece al Casco Histórico.
© Marcos Tamames Henderson, 2014
© www.elhotelcamaguey.com
Mapa digitalizado por la Universidad de Wisconsin.
Riguroso studio el de Tamames acerca de la ciudad de los tinajones, particularmente por la multiplicidad de puntos de vistas. Gracias a ustedes por compartir este texto. Sin el protagonismo de Van Horne, la ciudad hubiera sido otra.
ResponderEliminar