Entrada a San Zenón de Buenos Aires. Camagüey, circa 1905.
La década del 20 augura serios cambios a San Zenón de Buenos Aires, al punto de convertirse en tema de interés entre políticos, instituciones sociales y privadas y población en general. La presencia en la prensa, local y nacional, la convierte en un símbolo de inquietudes sociales y políticas del período neocolonial, al tiempo que la revela como un código cultural para el territorio agramontino. Para unos, San Zenón significaba una valiosa posibilidad para buscar adeptos en una candidatura presidencial, si lograban convertirla en Escuela Normal para Maestros; para otros, devino posibilidad para que sus hijos estudiaran el magisterio en la localidad. Para el caso de los jóvenes, la idea de ver a San Zenón convertida en Escuela Normal ampliaba la posibilidad de contar con un oficio sobre el cual edificar una vida productiva y útil. El conjunto de aspiraciones que se funden en el antiguo edificio de San Zenón lo hacen merecedor de un espacio en el patrimonio intangible local. La necesidad de un local en función de escuela Normal para Maestros hace que el gobernador provincial Rogerio Zayas Bazán solicite a la Compañía del Ferrocarril de Cuba el arrendamiento de San Zenón de Buenos Aires a inicios de 1923. El señor Galdós, vicepresidente de dicha compañía en La Habana, es el encargado de vincular el asunto con Mr. Lakin, cometido que, según la correspondencia establecida en el tema, se redujo a excusas para visitar a Camagüey y promesas para gestionar el arrendamiento ante los herederos de Van Horne, sus legítimos dueños. A partir de entonces San Zenón comienza a figurar en las primeras páginas de los periódicos. La Región, por ejemplo, bajo el título “¿Por qué no se ha empezado a instalar la Escuela Normal?”, expresó en términos abiertamente irónicos los intentos de arrendar la Quinta de San Zenón, al tiempo que señalaba las condiciones constructivas generales que la hacían funcional para este fin. A este le siguieron otros, entre los que figuraron El Camagüeyano, que abordó las acciones llevadas a cabo por el Ferrocarril de Cuba para lograr disponer del edificio para sede de la Escuela Normal; y en el ámbito nacional, desde la capital, El Heraldo de Cuba anunció abiertamente: “Un propietario se ha negado a dar en arrendamiento una casa para que en ella se instale una Escuela Normal”. Tales estrategias políticas no fructificaron de manera inmediata, de ahí que los camagüeyanos tuvieran que darse a la tarea de buscar alternativas en otras edificaciones. El interés del Gobernador en alquilar la casa de Temístocles Betancourt, en La Vigía, es prueba de las nuevas iniciativas, gestiones que culminan con la instalación provisional de la escuela en el antiguo Convento Hospital de San Juan de Dios, la cual inició sus clases el 3 de diciembre de 1923. Sorprende que, pese a la significación de este acto, El Camagüeyano no se hiciera eco de ello. La propuesta hecha a mister Lakin y herederos de Van Horne sobre el uso de la quinta parece haberles ocasionado cierta inquietud; de ahí que la sociedad anónima Cuba Land Company (Compañía Cubana de Tierras), oficializada en La Habana el 8 de julio de 1922 y con domicilio en esa ciudad, traslade a su cargo la propiedad de San Zenón de Buenos Aires. El puesto de presidente en la compañía lo ocupaba Mr. Lakin, mientras los herederos de Van Horne eran miembros principales.
San Zenón de Buenos Aires en 1927.
De esta forma la quinta no figuraría en manos de propietarios norteamericanos independientes, sino de una compañía, como lo fuera entre 1850 y 1892, cuando estuvo en patrocinio de catalanes. Sin embargo, aunque el señor Domingo Galdós había logrado inaugurar la Escuela Normal en el Convento Hospital San Juan de Dios, aquel no era el edificio ideal desde el punto de vista funcional; de ahí que el tema de una sede para la referida escuela permaneciera como asunto de debate en el seno del Ayuntamiento. En sesión ordinaria del 10 de marzo de 1925, por ejemplo, en el primer punto del orden del día se exponía la lectura “suscrita por los señores Barreto y otros concediendo un crédito de 3 000 pesos, para construir dos edificios en solar propiedad del Estado en la ciudad de Camagüey, uno para Escuela Normal y otro para la jefatura de obras públicas”. Por su parte, el Plan General de Obras Públicas, remitido al señor Galdós el 30 de junio de 1925, dejó claro que San Zenón de Buenos Aires era objeto de análisis a escala nacional; y entre sus acuerdos, “bajo el epígrafe Construcciones Civiles, en la Provincia de Camagüey, figura la expropiación de la Quinta San Zenón de Buenos Aires y terrenos no urbanizados al Sur del Casino Campestre y ampliación y embellecimiento del mismo”. En medio de la incertidumbre con relación al destino de la antigua cerería, Herbert G. Lakin, presidente de la Cuba Land Company, vende “a favor del Estado Cubano, representado por el doctor Mario Ruiz y Mesa en su carácter de Subsecretario de Hacienda de la República, la finca San Zenón en 80 mil pesos moneda oficial, venta realizada ante el notario doctor Regino Truffin y Pérez de Abreu, siendo registrada la propiedad el 18 de octubre de 1927”.
Tomado de:
TAMAMES HENDERSON, Marcos. Tras las huellas del patrimonio. Camagüey, Editorial Ácana, 2004.
© www.elhotelcamaguey.com
TAMAMES HENDERSON, Marcos. Tras las huellas del patrimonio. Camagüey, Editorial Ácana, 2004.
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